Como dijo San Agustín: Amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios.
Precisamente ese amor a sí mismo fue lo que determinó la propagación del pecado a la historia del hombre, pues cada quién decide, por sí solo, lo que está bien y lo que está mal.
En la época precartesiana la filosofía consideraba primordial el esse y luego cognosco, a diferencia de Descartes a quién el esse le pareció secundario poniendo de principal cogito. De modo tal que fue un cambio abupto en lo que venía siendo la filosofía hasta el momento. Dios era el ser autosuficiente, considerado el fundamento indispensable de todos los seres creados, por lo tanto, del hombre.
El “ cogito ergo sum” fue la ruptura de este modo de pensar, así pues, a partir de Descartes, la filosofía se convierte en la ciencia del puro pensamiento, es decir, como contenido de la conciencia humana.
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Faltaron muchas lecturas y clases.
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